Trilogía La Espía Traidora: La misión del Embajador

Aviso a navegantes: Para leer esta maravillosa Trilogía de Trudi Canavan, es imprescindible, necesario y altamente recomentable haberse leído previamente la Trilogía de Las Crónicas del Mago Negro y su precuela La Maga, para comprender totalmente la obra.

20 años han pasado desde la invasión Ichani a Imardín, y mucho ha cambiado las cosas en el Gremio de los Magos. Ahora se admiten magos de las clases bajas y se tolera el uso de la magia negra, aunque esta muy restringido. Dannyl es nombrado embajador de Kyralia en Sachaka, y su ayudante es Lorkin, el hijo de Sonea, la protagonista de la primera trilogía. Una vez allí, desaparece, lo que provoca una crisis de diplomacia. Además, en Imardín corre el rumor de que hay un mago que se dedica a cazar y matar ladrones, por lo que Cery empieza a temer por su vida.

Para mí es bastante difícil separar los tres libros que componen la trilogía (La misión del Embajador, La Renegada y La Reina Traidora), porque son un todo, pero a la hora de comentarlos en el blog, he decidido separar cada reseña en su respectivo libro para que no se hagan excesivamente largas.

La misión del Embajador cumple una misión clara: ponernos en situación. Es un libro introductorio a la trilogía. Por un lado, nos va recordando que pasó hace 20 años y como han cambiado las cosas hasta ahora, y por otro lado, introducen a los nuevos personajes, nuevas situaciones y nuevas problemáticas.

Partiendo de la premisa expuesta en la introducción y todos los datos y la historia que conocemos de anteriores libros, nos encontramos con dos situaciones bastantes tensas: la retención/secuestro de Lorkin y la presencia de la Cazaladrones en Imardin que amenaza los barrios bajos y sobre todo a Cery y todos los seres a los que quiere. Además, aparece la craña o carroña en la ciudad, una temible droga que absorbe al que la toma, haciendole pasar de todo y olvidarse de los problemas. Una droga que afecta incluso a los magos y de la que es casi imposible desengancharse.

Con estas tres tramas básicas, Trudi Canavan, con unos personajes perfectamente bien desarrollados y que evolucionan a lo largo de los libros, va entrelazando las historias para que nos demos cuenta de que como en la vida real, todo esta relacionado, y las cosas son más complejas de lo que parecen.

Al igual que ocurrió en las Crónicas del Mago Negro, la autora dota a su obra de una velocidad de narración muy alta, cambiando de la perspectiva de un personaje a la de otro sin dar tiempo a respirar, lo que no da pie al aburrimiento, aunque muchas veces te dejan con la miel en los labios en los puntos álgidos de la historia.

Uno de los puntos fuertes de estos libros es lo de introducirnos por fin en la sociedad Sachakana y verlos de otra forma, más alla de una sociedad violenta y esclavista que queda reflejada en los ichanis. Además, la inclusión de una sociedad secreta como es la de los Traidores (ahora se entiende porque se incluyó esa subtrama en el libro La Maga) le da cierta intriga a la obra, dándole más chispa a la narrativa.

El punto débil yo lo veo en el desarrollo de los personajes, y viene sobre todo por la comparación con la anterior trilogía. La autora pretende que Lorkin sea la nueva Sonea, pero no tiene ni su garra, ni su inocencia, ni se va a enfrentar a sus mismos problemas, por lo que no es capaz de recoger el papel protagonista. Los anteriores protagonistas, Sonea, Cery o Rothen, son víctimas de su envejecimiento, y quizá por eso no dan tanto juego como antes. El que para mí es el personaje mejor construido es Dannyl, sin lugar a dudas, como embajador de Sachaka, en una posición central entre el Gremio, los Traidores y el rey del país vecino.

Como libro introductorio es genial, esperaremos a ver que deparan el resto.